domingo, 7 de octubre de 2012

Tarta de chocolate con rosa para soplar las velas

Parece que ya vamos cogiendo otra vez el ritmo, y la rutina del nuevo curso va imponiéndose poco a poco.

Ya empieza octubre y todos los ajustes necesarios después de la relajación de costumbres del verano van encajando progresivamente y las piezas de nuestro tetris se van ajustando al caer. Pero no lo hacen solas, no. Requieren de una habilidad tremenda. Que todas ellas encuentren su sitio sin dejar huecos y sin quedar en precario equilibrio es una tarea bien difícil.




Yo, sin ir más lejos, además de tener que ordenar mi vida, aparte del trabajo, tengo la necesidad de hacer hueco al deporte. ¿A que os suena eso de "tienes que hacer ejercicio, es sanísimo, a lo mejor ahora no te das cuenta pero los años pasan factura, etcétera"?  Y, ¿a que te lleva eso? A hacer malabares para encajar alguna clase de fitness, algún partido de pádel... cualquier cosa que te haga moverte.




Y, ¿si no solo tienes que planificar tu "vuelta al cole" sino también la de tres enanos que dependen de ti? Ahí hemos llegado: al caos más absoluto.

Me recuerdo a mí misma, no hace tanto tiempo, jurando y perjurando que no apuntaría a mis hijos a clases extraescolares fuera del horario del cole, que no iba a hipotecar más aún mi tan escaso y valioso tiempo libre, que no iba a hacer de taxista, ¡faltaría más!

Si, sí... ¿¿Quién me iba a decir que iba a entrar en esa espiral  vertiginosa que implica ser madre??




Pero... todo contra tiene su pro. Y tener tres hijos me está dando más de una excusa para hornear y hornear sin parar... Porque, sin objetivo ¿quién hace nada? ¡¡Y ahí están mis titines para dar sentido a mi delirio reposteril!!

Una de las últimas excusas me la ha puesto en bandeja el cumple de mi mediano. Él tenía claro que quería una tarta para soplar las velas y, por supuesto, que iba a ser mi gran pinche :-)



La receta del bizcocho es la de los cupcakes de vainilla de Alma (ya, qué poco original, pero es que no quería correr riesgos..). El relleno y la cobertura es de buttercream de cacao, de Alma también.

Para alegrar la presentación, me lié a hacer flores de fondant. Muuuchas flores. Más de las que salen aquí porque, por alguna razón, según iba yo haciendo flores y más flores, antes de que me diera tiempo a pegarlas en la tarta, algún "ratoncillo" se las iba comiendo...

Y como colofón, le hice una gran rosa blanca. En realidad, tuve que hacer dos. Otro de los "ratoncillos" que pululan por mi casa se comió la primera...

3 comentarios:

  1. Hola Eva,

    Me veo totalmente reflejada......si somos las mamás taxistas, todo el día de un lado a otro con nuestros niños. Pero como bien dices tiene muchas cosas buenas, esto de ser mamis de familia numerosa ,entre ellas tener que hacer muchas más fiestas, tartas, galletas y cositas que nos gustan y les gustan.

    La tarta tiene una pinta estupenda, seguro que les ha encantado.
    Un besito,
    Silvia

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  2. Riquísima!!! El bizcocho súperesponjoso y con el buttercream de cacao... hmmm, se me hace la boca agua recordándolo! Definitivamente esta tarta ya tiene una súperfan :-)

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  3. Ummmmm!!!! Qué buena pinta!!! Muchas felicidades para tu peque que seguro que disfrutó como un enano primero haciendo de pinche y después comiéndose el resultado de su arduo trabajo.
    Besitos.

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