Hace ya varias semanas os enseñé la tarta Red Velvet y os dije que si queríais la receta, os la traería. Y, como alguno de vosotros os habéis interesado... ¡pues aquí está!
Como comprobaréis por las fotos, esta de aquí es una distinta.
Sí. La he vuelto a hacer. Es una delicia y os puedo asegurar que triunfa ^_^
Ya os dije que aprendí a hacer esta tarta en Rincón Goloso (una tiendita-taller genial de Madrid) de la mano de Luis Olmedo. Os recomiendo que os deis un paseo por su blog, My European Cakes. Lo ha iniciado hace poco y está volcando en él toda su sabiduría, que, creedme, es mucha.
Ingredientes
Bizcocho (dos moldes
de 18 cm
o uno de 24cm)
♥ 115
g mantequilla en pomada
♥ 300
g azúcar
♥ 2 huevos L
♥ 1 cucharadita de esencia de vainilla
♥ ½ cucharadita de sal
♥ 15
g cacao en polvo tipo Valor
♥ Buttermilk: receta casera: 240 ml leche
entera del tiempo y 15 ml (una cucharada) de limón
♥ 1/2 cucharadita de colorante Extra Red de
Sugarflair en gel
♥ 250 g harina
♥ 1 cucharadita de bicarbonato + 2
cucharaditas de vinagre blanco de vino
Relleno y cobertura
♥ 500
g queso Mascarpone
♥ 100 g azúcar glas
♥ 100 g queso blanco tipo Philadelphia
♥ 400 ml nata para montar de 35%
Elaboración
Bizcocho (dos moldes de 18 cm)
Para que no se nos olvide: precalentamos
el horno a 165º.
Iniciamos el cremado mezclando con
varilla, por este orden, la mantequilla en pomada, el azúcar hasta conseguir
una pasta cremosa. Seguimos incorporando los huevos, la esencia de vainilla, la
sal y el cacao.
Engrasamos los moldes que vayamos a
utilizar con mantequilla. Como este bizcocho es muy pegajoso, forramos los
moldes con papel de hornear, que se quedará bien pegadito tanto a los bordes
como a las paredes gracias a la mantequilla.
Ahora preparamos el buttermilk. Para
ello echamos en la leche (que estará a temperatura ambiente) el zumo del medio
limón. Así la leche espesará un poco y quedará con consistencia de yogur
líquido.
Echamos la 1/2 cucharadita de
colorante Extra Red de Sugarflair al buttermilk.
Añadimos el buttermilk coloreado a
la masa.
Incorporamos la harina tamizada a la
mezcla con movimientos envolventes suaves y no mucho tiempo. Lo justo para
conseguir que se integre.
Para la elaboración de este bizcocho
no se utiliza levadura química para impulsarlo y lograr que suba. Para ello, en
su lugar, se emplea una mezcla de vinagre con bicarbonato. Esto tiene su
explicación química que Luis explica genial en su blog. Pasaos por él y
aprenderéis el por qué.
Es importantísimo ahora ser RÁPIDO, así
que echamos el bicarbonato sobre la masa y acto seguido el vinagre (reaccionará
haciendo burbujitas) y, para que no pierda las propiedades, removemos
rápidamente para integrarlo.
Repartimos la masa entre los dos
moldes procurando ser lo más equitativo posible (si hace falta, pesáis la masa
y lo hacéis al gramo, pero no os olvidéis que hay que ser rápido para que no
pierda las propiedades el bicarbonato).
Y, al horno precalentado a 165º unos
50 o 55 minutos. (Colocamos la bandeja a una altura media con calor por arriba
y abajo).
Una vez horneado, dejamos enfriar sobre
una rejilla.
Cuando esté frío, lo envolvemos en
papel film y lo reservamos en la nevera unas horas o la noche entera, como
mejor os organicéis.
Montaje de la tarta
Sacamos los bizcochos de la nevera y
con ayuda de una lira (o en su defecto, de un buen y afilado cuchillo) dejamos
lisita la parte superior y cortamos los dos moldes por la mitad. Obtenemos así
cuatro trozos de bizcocho.
¡Ahora empieza lo divertido!
Si tenemos plato giratorio,
colocamos la base donde irá la tarta y sobre ella el primer trozo de bizcocho y
¡cubrimos de relleno! Con ayuda de una espátula angular, nivelamos.
Seguimos colocamos base de bizcocho
– crema – bizcocho – crema… Así hasta terminar.
Cubrimos bien de crema los laterales
de la tarta y lo dejamos todo lisito.
Y ya toca decorar. Al gusto.
Imaginación al poder…
Aunque la receta ha quedado un poco larga, no es nada difícil. De verdad. ¡Y es un éxito seguro! Si os atrevéis, ¡contádmelo!
Eva, hace tiempo que tengo ganas de hacer esta receta. Te puedes creer que nunca la he probado, ni en tarta ni en cupcake.
ResponderEliminarMe la apunto para ponerme con ella. Un beso
No me lo puedo creer!! Tienes que hacerla. Está espectacular!! Y con esas manos que tienes seguro que sale genial :-)
EliminarUn besazo.
Mira que la veo una y otra vez, Eva, y le tengo unas ganas, pero no sé porqué aún no la preparado nunca. Habrá que ponerle remedio.
ResponderEliminarTe quedó de escándalo y vaya pedazo fresón, que le has plantado.
Un besín.
Ana, ponte a ello porque es una tarta súper agradecida. Triunfa seguro!!
EliminarMe encantan las tartas de red velvet!!!!
ResponderEliminarTe quedó fantástica con tantos pisos y con la crema mascarpone mmmm...
y el corte es fabuloso
Un besazo!!!
merengue y frambuesa
Mil gracias!!
EliminarQue ricoooooooooo
ResponderEliminarSíiiiiii. Muchas gracias!
EliminarEstás hecha una artistaza! Qué pinta, no me quiero ni imaginar lo rica que debía estar... María ;)
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario María ;-)
EliminarLa verdad es que estaba impresionante...
Un besazo.
Yo ya no se que decir pues te lo han dicho todo, eres una artista, niña vales mucho.
ResponderEliminarPues ya te contaré si me atrevo...q profesionalidad!
ResponderEliminarEstá para pegarle un mordicazo, q pinta!
N.
¡Qué buena pinta tiene!, de buena gana me comía ahora mismo un trozo. Es la primera vez que te comento y me ha encantado esta tarta. Me llevo un trocito y, a cambio, te dejo un premio para ti en mi blog. Pásate a recogerlo cuando quieras. El enlace es
ResponderEliminarhttp://araekitchen.blogspot.com.es/2013/02/dos-nuevos-premios.html
Me quedo por aquí como seguidora, ahora voy a echar un ojo al resto de las recetas que tienes publicadas, para que se me siga haciendo la boca agua. Un saludo.
Qué ilusión!! Mil gracias!! Me emociona que te hayas fijado en mi blog y que le hayas concedido un premio ^_^
EliminarYo también soy seguidora tuya :-)
Un besazo.
Muchas gracias por pasarte por mi blog y por comentar! ^^ Me alegro muchísimo de que te gustase mi idea y de que vayas a ponerla en práctica. A diferencia de a tí, a mi la repostería (y la cocina en general) no se me da demasiado bien, así que tengo que recurrir a esas pequeñas cosillas ;) Un besito!
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