Hoy no os voy a contar nada. Estoy agotada. Ya es jueves y no puedo con mi alma. Suelo empezar la semana cansada por culpa del fin de semana y según avanzan los días me voy quedando sin pilas... El jueves por la noche voy medio zombi y los viernes me quedo dormida casi casi mientras ceno L
¡¡Y me da taaaanta rabia!! Me encantaría estar pletórica durmiendo siete horas al día. Y tener mogollón de horas para poder hacer de todo. Con la de planes y cosas que hay que hacer en esta vida... ¡Jolínnnnn! Y yo venga a dormir...
Bueno, tampoco soy tan marmota. Suelo ser capaz de estirar los días más de lo que podría imaginarse. Pero, llegan las once o las doce y zzzzzz. Me caigo.
Y yo hoy tenía muchas ganas de enseñaros esta receta de Kanela y Limón y contaros más cositas o echaros otro rollo, qué sé yo, lo que me surgiera, y aquí me veis, van a dar las once de la noche (¡madre mía, las once ya! J) y se me cierran los ojos.
Así que, aquí os dejo la receta. Es un postre genial. Queda súper mono y muy vistoso.
Lo podéis hacer de chocolate negro o de chocolate blanco. Yo no sabría deciros cuál es mejor. Ya sabéis "para gustos los colores" J
Ingredientes
400 ml nata líquida
100 ml leche
3 hojas de gelatina neutra
50 g azúcar
80 g chocolate
1 sobre de gelatina de fresa
Elaboración
Aviso: este postre aunque es de preparación sencillísima, necesita que seamos bien previsores ya que necesitaremos por lo menos un par de horas para que endurezca la gelatina de los corazones antes de ponernos manos a la obra, otra media horita o así antes de echar la panna cotta en las copas y unas cuantas horas (no sé en realidad cuántas porque yo lo dejo toda la noche) para que la panna cotta solidifique.
Así que, empezamos disolviendo el contenido del sobre de gelatina de fresa en la mitad de agua que ponga en las instrucciones. En mi caso, era gelatina Royal y pone que se disuelvan los polvos de la gelatina en 250 ml de agua hirviendo y que después se añadan otros 250 ml de agua. Así que, yo me quedé en disolver el contenido del sobre en los 250 ml de agua hirviendo y no eché más.
Una vez disueltos, echamos el líquido en una fuente grandecita de manera que la altura sea de unos 5 o 6 mm (o al gusto. Esto es orientativo J) y lo metemos en la nevera para que solidifique.
Cuando haya endurecido la gelatina (por lo menos un par de horas) ya podemos empezar a preparar la panna cotta.
Y, como esta receta está pensada para gente previsora, antes de lanzarnos a nada más, pondremos las tres hojas de gelatina a hidratar (en cristiano, meteremos las hojas de gelatina en un bolecito con agua) para que mientras estamos en el fuego la gelatina se quede en el agua por lo menos cinco minutillos y se reblandezca.
Ahora sí, pondremos a calentar en un cazo la nata junto con el chocolate removiendo para que no se pegue.
Cuando se haya derretido el chocolate, echamos las hojas de gelatina y retiramos del fuego.
Añadimos la leche y el azúcar y removemos bien para que se disuelva todo.
Dejamos enfriar esta mezcla. Y cuando digo dejamos enfriar, digo dejamos enfriar... La primera vez que lo hice, con la emoción, en cuanto templó, preparé la copa con el corazón de gelatina de fresa y lo vertí... Y a los minutos, mi corazoncito rojo empezó a languidecer y... ohhhhh, se diluyó en el líquido L
Así que dejamos enfriar el líquido. No os emocionéis y lo dejéis horas y horas porque solidificará y os quedará una panna cotta ideal pero con una presentación terrible en un cazo J
Ahora sacamos la gelatina de fresa que teníamos reservada en la nevera y con ayuda de un cortador de galletas, vamos cortando corazones, estrellas, lunares... lo que queráis y lo que os apetezca en el momento.
Con ayuda de una espátula levantamos nuestras figuras y una a una las vamos pegando en el interior de las copas o de los vasos. Os asombraréis de lo fácil que es. Se quedan quietecitas, quietecitas. Es más, tienden a pegarse en cuanto entran en contacto... Aunque sin problema, porque igual que se pegan, se despegan.
Por último, rellenamos las copas con la panna cotta y las dejamos enfriar en la nevera toda la noche.
¡Qué aproveche!
PD. Repasando el post me he dado cuenta de que va cargadito de emoticonos... Y es que no lo puedo evitar. Cuando os escribo es como si os estuviera hablando, cara a cara, y, los que me conocéis sabéis que soy muy expresiva y que me encanta sonreir (faenón, me veo en súper breve con unas patas de gallo que ya ya) y con estas caritas puedo ser más yo J J J