Hace ya muchos meses os enseñé la receta de las cookies. Hace un montón. En junio del año pasado...
Y desde entonces no las había vuelto a hacer. Cosa rara porque están espectaculares. O quizá precisamente por ello, porque están taaaan buenas que a esas es a una de las pocas galletas que no puedo resistirme y que si hay en casa, me como sin poder evitarlo... Y son ciertamente una bomba... Muy ricas, pero una bomba :-)
Este finde íbamos a quedar con unos amigos y aunque ya sé que se pirran por las galletas de mantequilla decoradas, como lleva tanto tiempo hacerlas y ya no lo tenía, pensé que estas tampoco iban a disgustarles...
Aunque ya os di la receta muy bien explicada en su día (pinchad aquí) hoy quiero recordarla y daros algún otro truqui para que os salgan de diez :-)
Esta vez las he hecho con chocolate negro, más que nada por variar y porque en las fotos quedan mejor. Son más fotogénicas, jajaja.
Son muy sencillas y se hacen rápido porque no necesitan ni reposo ni nada extra.
Y están... ¡¡¡riquísimas!!!
Ingredientes
- 125 g mantequilla a temperatura ambiente
- 125 g azúcar blanca
- 125 g azúcar moreno
- 1 huevo
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 250 g harina
- 1 cucharadita de bicarbonato
- 5 g sal
- Chips de chocolante
Elaboración
Empezamos precalentando el horno a 180º para que no se nos olvide y nos haga perder tiempo.
Llevamos la mantequilla a punto pomada con la batidora.
Incorporamos los dos tipos de azúcar e integramos bien.
Añadimos el huevo a medio batir, mezclamos y a continuación, la cucharadita de extracto de vainilla.
Echamos a esta masa la harina tamizada, el bicarbonato y la sal (fundamental para darle ese toquecito salado entre tanto dulzor).
Mezclamos despacio y lo justo para integrar todos los ingredientes.
Incorporamos los chips de chocolate. Yo esta vez eché unos 50 gr de chips y reservé otros 10 más o menos (luego os cuento para qué).
Como sigo siendo tan maniática (creo que a estas alturas ya no podré cambiar, jajaja), hice mis bolitas de unos 40 gr cada una. Las fui colocando sobre la bandeja del horno, forrada con papel albal, y chafándolas con la mano un poquito.
Y para que luzcan más bonitas, con esos 10 gr que reservé de chips, les fui pinchando por la superficie para que al terminar de hornearse se vieran bonitas.
Y, ¡al horno! En tandas de no muchas. Quizá unas diez o así. Hay que tener en cuenta que se expanden bastante.
Hornear 12 minutillos (ya sabéis que cada horno es un mundo). Sacar y dejar enfriar en una rejilla unos cinco minutos. Cuidado al manipularlas porque quedan muy blanditas al principio y se pueden romper.
Luego adquieren una textura perfecta de cookie, o al menos para mí: blandita y una chipa crujiente. ¡En su punto!
Os animo a que las hagáis. Fácil, vistosa y deliciosa. ¡Qué más se puede pedir!